domingo, 13 de septiembre de 2015

CRÓNICA: Así fue la Solemne Bendición de la imagen de María Santísima Madre de Dios en su Limpia, Pura e Inmaculada Concepción


El 12 de septiembre de 2015 quedará guardado en la memoria de todos aquellos que presenciamos el magnífico acto de bendición de la imagen mariana de la Hermandad de Las Escuelas. Fue un día GRANDE. En mayúsculas. El atrio de la Antigua Universidad lucía sus mejores galas. Colgaduras con inscripciones inmaculistas, decoración floral, así como un altar presentado con muchísimo gusto y exquisitez, de terciopelo rojo, damasco bordado en oro, mobiliario de madera vetusta, iluminado por el olor de un precioso exhorno floral, en el que predominaban varas de nardos, y por la luz de varios faroles prestados por la Hermandad de la Caída, y la gran cantidad de candelería que fue prestada, para tal ocasión, por la Hermandad de la Sentencia de Úbeda. Así se presentaba el maravilloso escenario, que con esmero, delicadeza y dedicación, había preparado la Hermandad de Las Escuelas, para tal celebración.

Y en el centro, allí estaba Ella. La Madre de Dios. Preciosa como Ella sola, recién salida de las gubias y manos del gran Israel Cornejo y sobre una preciosa peana de plata, perteneciente a la Virgen de Esperanza y Caridad, de la Cofradía de La Borriquilla. Lucía la Santísima Virgen un manto de terciopelo azul noche, corona en plata de la prestigiosa orfebrería sevillana Jesús Domínguez, media luna en plata de la Virgen de la Paz de Baeza, y la saya que vistió el viernes la Virgen del Roció de Málaga, en el traslado a la Santa Iglesia Catedral para su Coronación Canónica.


Con poco más de cinco minutos de retraso, tiempo de espera en el cual, el público se mostró en completo y respetuoso silencio, comenzó la Solemne Celebración, a cargo de Monseñor D. Alberto José González Cháves, Capellán de su Santidad el Papa. Su sermón fue de gran profundidad, en el cual abordó temas de diversa índole, como la piedad popular, el aborto o la persecución de los cristianos en el ámbito político actual. El cénit de sus palabras llegó en el momento en el que dedicó unas palabras a la Hermandad de Las Escuelas, y entonó un soneto en honor a la Santísima Virgen Madre de Dios, en su Limpia, Pura e Inmaculada Concepción. Después, Monseñor donó una reliquia de San Juan de Ávila a la Hermandad, procedente del Obispo de Córdoba. Gesto por el que desde aquí, queremos darle profundamente las gracias.




A continuación, se procedió a la Solemne Bendición de la nueva imagen de la Virgen María que ha acogido la ciudad de Baeza con entusiasmo, fervor y auténtica devoción. Monseñor proclamó las palabras pertinentes, y con agua bendita e incienso, roció a la imagen de la Virgen de la Concepción, que quedó finalmente bendecida bajo los ojos de Dios y la Santa Iglesia Católica.

Suena el Hallelujah de Häendel y el cielo, ya anochecido, se cubre de cohetes y fuegos artificiales. La Madre de Dios ya está bendecida, y la candelería del altar se enciende para iluminar por primera vez el rostro de la Santísima Virgen.



La Misa continuó con la brillantez con la que comenzó. La participación del Coro y Orquesta Music Alma de Linares fue magistral. Fue arte, con todas las letras. Este grupo musical de Linares se entregó por completo, interpretando diversas piezas, como el Gloria de la JMJ o el Ave María de Caccini, que adornaron con extraordinaria belleza la Solemne Bendición. Tomaron la palabra diferentes personajes de gran relevancia, que fueron protagonistas, junto a la Santísima Virgen, de este día de fe y oración por la Madre de Dios. Así, el Hermano Mayor de la Hermandad, Madre y Maestra, de El Silencio de Sevilla, así como la representante de la Congregación de religiosas filipenses, le dedicaron unas palabras a la Hermandad y a la Santísima Virgen.




Tras la comunión, y al finalizar la Eucaristía, se descubrió una placa conmemorativa de tal acontecimiento, en el atrio de la Antigua Universidad. Finalmente, al son de la música, la Santísima Virgen fue trasladada, en una preciosa parihuela, hasta la Iglesia de San Juan Evangelista. Los aplausos explotaron en un mar de emoción. La Santísima Virgen recorría por primera vez, casi andando por sí sola, nuestra ciudad. No salió a la calle, pero el breve recorrido de este traslado, valió por cinco horas de desfile procesional.

La música retumba en el atrio. Suena el Ave María de Caccini, cae una petalada de flores, mientras se suceden los aplausos y los vivas. Y finalmente, la Santísima Virgen Madre de Dios, en su Limpia, Pura e Inmaculada Concepción, entra en su Iglesia, en su templo, al encuentro de su amado Hijo de la Misericordia, al son del Himno de España.


Ya en el templo, tras cantar la salve, los abrazos, lágrimas y sonrisas se suceden uno detrás de otra. Todo ha salido a la perfección. La Madre de Dios ya está en su casa, bendecida por su Hijo amantísimo. Las cofradías de la ciudad, así como particulares, realizan sus ofrendas y entregan sus regalos a la Virgen de la Concepción: un rosario, un broche con su nombre, un escapulario bordado y varios ramos de flores, fueron algunos de los presentes que recibió la Hermandad, henchida de agradecimiento. Después, vinieron las fotografías, y las sonrisas y los abrazos se retomaron de nuevo. Al fondo, la Santísima Virgen al pie de su Cristo. Esplendorosa, Dolorosa, Reina y Señora, Niña y Mujer, Dulce y trágica. Madre de los Estudiantes, Señora de Baeza e Inmaculada Virgen María, Madre de Dios. Una obra de extraordinaria belleza, de excelsa calidad, Madre del Señor de la Misericordia y por supuesto, perfecta para la Hermandad de Las Escuelas y para la Semana Santa de Baeza. A partir de ahora, solo nos queda soñar con su salida procesional en la noche del Lunes Santo. ¡Qué grande será el día en el que la veamos acompañar bajo palio a su Hijo de la Misericordia! ¡Viva la Virgen de la Inmaculada Concepción! ¡Y que viva por siempre, la MADRE DE DIOS!

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